Una de las claves de la salud mental desde mi punto de vista es la flexibilidad, ósea, la capacidad de tomar en cuenta más de un punto de vista, de reflexionar y de ver más opciones ante las situaciones, incluso si no nos agradan a veces.
En terapia cognitivo conductual es constante que nombremos a los “deberías” como la fuente de mucha infelicidad, porque al pensar que “yo debería ____”, que “los demás deberían _____” o “el mundo debería _____”, ponemos expectativas muy altas en nosotros o el mundo, y cuando fallan nos frustramos mucho.
Porque cuando pensamos que algo “debe” ser de una forma, no sólo ponemos nuestra expectativa, muchas veces también confundimos lo que queremos con lo que necesitamos y ahí vienen los problemas.
También puede pasar que las personas a nuestro alrededor insistan en decirnos cómo vivir nuestra vida, ya sea diciéndonos que ya deberíamos tener pareja, hijos, cambiar costumbres, estudiar “x” cosa y más situaciones. Es agradable recibir consejos, pero llega a un punto en el que no son consejos, sino presiones, y a veces, terminamos creyendo que sí “deberíamos” hacer ciertas cosas, de esta forma, acabamos por vivir una vida que no es la nuestra, sino la que esperan de nosotros los demás.
Vivir una vida que nos piden los demás o que pensamos que deberíamos de vivir aunque no sea realmente lo que buscamos es desperdiciar nuestra oportunidad (sólo hay una vida) para ser felices.
La clave para combatir a los deberías, es separar lo que queremos nosotros(as) de la realidad, y sobre todo, distinguir entre lo que necesitamos y lo que queremos.
Un ejemplo común es cuando queremos ganar algo y en un punto sentimos que “necesitamos ganar”, quizás no es que necesitemos ganar, quizás “nos gustaría mucho ganar, pero quedar en segundo está bien”.
- Si alguien piensa la primera opción se va a frustrar y sentir muy mal si no gana y si gana sentirá que “era lo que TENÍA que pasar”, entonces lo puede minimizar y no disfrutaría su victoria.
- Y la otra persona se sentiría bien en 2do lugar, y mucho mejor si quedara en primero, porque mantuvo sus expectativas realistas, lo que le ayuda a disfrutar más la victoria.
Parece un cambio sin importancia, pero cambios pequeños en la forma que decimos las cosas, son la diferencia entre las emociones desagradables y la salud mental. Cambiar tus “debo” por “quiero” es poderoso, muchas veces no es que “debas llegar temprano”, sino que “quieres llegar temprano” ¡y cambiar estos pensamientos es un buen comienzo para irlos modificando!
El debería es una distorsión central para poder vivir con mejor calidad emocional, si te interesa saber más, puedes leer este artículo, donde doy un análisis más detallado de cómo vencerla: https://psicarlosmorales.com/2018/05/14/creencias-que-aprisionan-la-trampa-de-la-necesidad-inventada/