Pobre no es el que tiene menos, sino el que necesita infinitamente más para ser feliz.
– San Agustín
La forma más fácil de que algo nos cause estrés, es ver esa cosa, persona o evento como algo que es necesario para que podamos ser felices.
Ejemplos de esto son:
- La aceptación social de todos.
- Grandes cantidades de dinero.
- Algún objeto en especial.
- El cariño de alguien.
No tiene nada de dañino desear cualquiera de los ejemplos, o cualquier cosa que nos agrade, el problema surge cuando caemos en la trampa de ver esas cosas como necesarias para nuestra tranquilidad, felicidad, para vivir o para ser valiosos(as) como personas.
La “musturbation”
Albert Ellis es el padre de la Terapia Racional Emotiva (TRE), esta es una rama de Terapia Cognitivo-Conductual que analiza nuestras creencias rígidas, y nos ayuda a ser más flexibles para reducir problemas como ansiedad, depresión, estrés, timidez y otras.
Ellis nombró al problema presente en estas creencias musturbation (de “Must” {Debo/debe/deben en inglés}, y Masturbation {Masturbación en inglés}, esto por que notó que las personas que iban con él, tenían una “insistencia compulsiva (incontrolable) a que las cosas deben de ser de determinada forma”.
Esta es la trampa de la necesidad, porque:
- Las cosas no deben ser de tal forma (A veces las cosas son, y ya).
- Lo que necesitamos es:
- Respirar.
- Comer
- Tomar líquidos.
- Ir al baño.
- Relaciones sociales.
- Dormir.
- Todo lo demás es opcional.
- La mayor parte del tiempo, lo que “necesitamos”, es algo que “queremos” solamente.
¿Cómo me afecta esta trampa?
Necesitar es una idea tóxica, porque si vemos cualquier cosa como algo que necesitamos, comenzamos a verlo como algo a perder, en cambio, si lo vemos como algo que quiero (pero no necesito) tener, al tenerlo lo veremos como ganancia, y si no lo obtenemos, sabemos que podemos vivir sin eso de todas formas.
Ejemplo: Una persona puede querer ser el/la mejor en su trabajo, o puede necesitarlo:
La diferencia entre necesitar y querer, es que querer nos permite ser libres, mientras que la necesidad nos encierra y no nos deja disfrutar las cosas pequeñas, sino sólo las grandes y perfectas, como la vida no da cosas grandes y perfectas siempre, nos ahorramos mucho dolor emocional al conocer esto.
¿Cómo combatir esta trampa?
Las palabras, una vez impresas, tienen vida propia.
– Carol Burnett
La forma principal de evitar que nos afecte esta trampa, es cambiar las palabras que usamos para las cosas, aunque esta solución luce muy simple, es la diferencia entre estresarnos por las cosas que aún no tenemos, y conservar la calma a pesar de no obtenerlas.
La razón por la que cambiar las palabras cambia todo, es que al decir las cosas en voz alta, nuestra mente va formando expectativas, y si muchas veces nos decimos a nosotros mismos que necesitamos algo, con el tiempo eso formará parte de nuestras necesidades, mientras que si dejamos claro que queremos, sabremos que es algo deseado, pero no necesario.
Quiero, no necesito.
Tal y cómo se mencionó arriba, la diferencia más importante en nuestras decisiones, es definir si queremos o necesitamos algo, no necesitamos que otra persona nos ame, esto funciona porque, cuando “necesitamos” que una persona nos ame, al no ser amados por esa persona, lo vamos a ver como lo peor que nos puede pasar.
Todo está en nuestro pensamiento, al necesitar eso, veremos eso como lo peor, y vamos a pensar que no podemos ser felices si no lo tenemos, lo que puede causarnos mucha inseguridad, o incluso escalar a depresión (Una de las cosas que definen a la depresión, son pensamientos negativos sobre el futuro, pensar que nunca podremos ser felices, es un pensamiento negativo y totalmente inútil, pero común en la depresión).

Para más claridad, ¿qué pasa cuando pienso que necesito algo que no necesito?
Por ejemplo, “Necesito una casa con 3 pisos y 28 habitaciones para ser exitos@”.
- Si no la tengo, no moriré, realmente no la necesito.
- Si tiene menos habitaciones o pisos, no estaré satisfech@.
- Cada año que vaya pasando sin que la obtenga, me sentiré con más frustración de no lograr tenerla.
- Si la obtengo, realmente no seré más exitos@, sólo tendré una casa muy grande.
En cambio si “Quiero una casa con 3 pisos y 28 habitaciones”.
- La quiero, pero no la necesito, puedo tener una más pequeña y disfrutarla de todas formas.
- Ahorraré dinero si elijo una más pequeña.
- Sé que aunque no la obtenga, eso no significa que no sea exitos@, puedo buscar el éxito de otras formas.
- Si la consigo, la veré como algo extra, podía tener menos y estar bien.
Para concluir
Aprender a diferenciar entre las necesidades y aquello que queremos, puede ayudar a reducir nuestra frustración, y evitar que lleguemos a dañar nuestro autoestima, al no obtener cosas que realmente no necesitamos, siendo realistas, muchas veces no vamos a obtener todo lo que queremos, así que dejar de necesitarlo, ayuda mucho a sentirnos mejor a corto, mediano y largo plazo.
Esta creencia y muchas más, se tratan con una técnica llamada Terapia Racional Emotiva, si quieres más información sobre ella, o te interesa una intervención psicológica con este enfoque, te invito a hacer contacto conmigo aqui, o por los medios de contacto ubicados en la parte de arriba.
Deshacerte de estas ideas, te puede ayudar a explotar más tus habilidades, controlar tus emociones, mejorar tus relaciones y ser más feliz.
Más adelante iré hablando sobre las demás creencias, si te interesa, te invito a suscribirte a mi página de Facebook, donde se suben los artículos nuevos sobre diversos temas.
Gracias por leer hasta aquí, espero que esta información te sea de mucha utilidad.