Uno de los problemas que podemos tener por pensar de más, es perder el enfoque de lo que está pasando, ya sea por pensar mucho en lo que podría salir mal después, o pensar mucho en cosas que ya pasaron y que no nos gustaron.
El problema con eso, es que si estás pensando en las cosas malas (de antes o después), estás perdiéndote lo que está pasando en este momento, es como si fueras a ver una película y no prestaras atención a la película, y sentirías que la pasaste mal aunque la película fuera buena, porque no la viste.
¿Pero cómo se puede vivir el presente?, la respuesta es de forma muy simple: ¡Con acciones! (es simple en su forma, no en su aplicación).
Como ejemplo, en estos meses de noviembre y diciembre de 2020 con mis pacientes, hemos llegado a reflexiones interesantes, una de ellas tiene que ver con “hacernos la pregunta correcta”; hacernos la pregunta correcta significa no sólo eso, sino también ignorar las preguntas que no nos sirven, preguntas como:
- ¿Qué va a salir mal después?
- ¿Qué pensarán de mí?
- ¿Qué salió mal?
- ¿Por qué me trataron así?
- ¿Por qué todo es tan difícil?
No digo que las preguntas de arriba no nos puedan ayudar en algunas situaciones, de hecho si reflexionamos bien nos pueden ayudar a comprender cosas útiles para mejorar, pero en muchos casos pueden sólo causar que pensemos mucho, y que no resolvamos nada, especialmente si hay emociones fuertes que nublen nuestra capacidad de reflexionar.
Y hay una pregunta muy poderosa que te puede ayudar a vivir el presente:
“¿Qué puedo hacer?”
¿Y por qué es poderosa esta pregunta?, ¡porque te da una elección!
- Porque a veces no importa qué podría salir mal después, sino qué puedes hacer a pesar de eso,
- Y puede que no sea tan importante lo que piensen de ti, sino cómo reaccionas o cómo mejoras a partir de eso,
- O que en lugar de centrarte en lo que salió mal antes, te centres mejor en encontrar una solución, en controlar tu destino a partir de hoy, sin importar el pasado,
- O que a pesar del trato de los demás tú puedas decidir cómo los tratas y cómo te tratas a ti mism@,
- O que sin importar lo difíciles que sean las cosas, lo sigas intentando.
¡No podemos decidir lo que nos va a pasar, pero en muchas ocasiones, sí podemos decidir qué hacer a pesar de las circunstancias!
Por cierto, esto no es magia, es una actitud que puede aplicarse poco a poco, ¡pero funciona!
¡Espero te sea de utilidad esta reflexión!