Un matrimonio exitoso requiere enamorarse muchas veces, siempre con la misma persona.
– Mignon McLaughlin
Todos y todas, pasamos por diversos ciclos en nuestra vida, desde la niñez, el juego, el aprendizaje, la amistad, y el amor; la vida de pareja es muy compleja, ya que una relación amorosa se constituye de dos personas, diferentes, pero con cosas en común, y que quieren compartir su vida, pero que a la vez, van cambiando cosas de sí mismas para que la relación pueda funcionar.
Cuando las personas acuden a terapia de pareja, se van dando cuenta de algunas cosas sobre su forma de comunicarse, y cómo el avance del tiempo, les ha hecho cambiar su percepción entre ellos, de forma que cosas que antes no eran un problema, ahora son “molestas”, y se preguntan, ¿cómo llegaron ahí?
La respuesta breve es que en sí las personas no tienen que cambiar, lo que ocurre es que su amor va transformándose.
¿Cómo se forma el amor?
La visión psicosocial de Robert Sternberg (En Villegas y Mallor, 2012), propone un triangulo de las cosas que componen el amor, el triangulo va así:

Las tres partes nombradas arriba ayudan a las relaciones, es una mentira que las relaciones pueden sobrevivir si las relaciones sexuales no son satisfactorias, pues si una pareja deja de sentir la pasión (Amor de compañeros), pueden llegar a la situación conocida como “estar por costumbre”, que hace que una persona (o a veces ambas), se pregunte(n) si están donde quieren, y dentro de las dudas, dejen que su relación deje de ser “de pareja” y se transforme en relación “de compañeros”.
La intimidad es necesaria para fomentar la confianza, y ayuda a que los miembros de la pareja puedan reconfortarse y mantener comunicación efectiva en casos de conflicto, las parejas que no tienen intimidad (Amor ilusorio), no se conocen, si eso no cambia, se acaban desconociendo y distanciando, hasta que no saben ni por qué estaban juntas.
La falta de compromiso (Amor romántico), es característica de parejas que la pasan bien juntas, pero al final no saben si pueden contar con la otra persona para situaciones más serias, como tener hijos, o planes a largo plazo, si una persona quiere adquirir algún compromiso o avanzar a planes a futuro, puede terminar la relación para buscar algo más estable.

La comunicación dirige la relación.
Si el amor es la gasolina para que las relaciones avancen, la comunicación es el volante que las dirige hacia algo positivo, o algo problemático.
Si tomamos en cuenta la explicación del amor de arriba, nos podemos dar cuenta que las relaciones de pareja no tienen un ritmo constante, sino que van por ciclos donde la pasión, la intimidad y el compromiso aumentan y disminuyen, una pareja puede lograr soportar los cambios, buscando abrir canales de comunicación que ayudan a que las parejas se entiendan mejor y puedan solucionar sus problemas.
Los canales de comunicación sirven para que comprendan que:
- Sus decepciones pueden ser por que la otra persona no capta que algunas acciones molestan a su pareja. (Y aclarar para evitar que se siga repitiendo la molestia).
- Aprendan a reirse de sus imperfecciones y aceptar las de la pareja.
- Se reduzca el lenguaje “reclamatorio”, y se aumente el lenguaje centrado en la emoción y solución de problemas.
- Se pueda mantener la pasión por medio de comunicación en el aspecto sexual.
- Se alimente el compromiso por medio de negociación de metas a futuro.
¿Cómo ayuda la psicología?
La psicología ayuda a las parejas, primero ofreciendo explicaciones de los cambios mencionados en las relaciones, y además, en apoyo con terapia de pareja, que se centra en buscar formas de comunicación que funcionen mejor para la pareja, y sus objetivos generales son (según Bornstein & Bornstein, 1986; en Carlen, Kasanzew y López, 2009):
- Aumentar la interacción positiva mutua.
- Disminuir los intercambios negativos.
- Proporcionar a las parejas estrategias para solucionar futuros problemas de la relación.
- Ayudarles a comprender las situaciones que les han llevado a pelear, distanciarse, o no comprenderse.
Para concluir:
El amor cambia y se adapta con el tiempo, si sientes que tu relación de pareja no es amor consumado, no es necesariamente malo, pues cada tipo de amor puede servir en diferentes situaciones, por decir, el amor de compañeros sirve muy bien cuando se trata de crianza de los hijos, el amor romántico puede “mantener viva la llama”, y el amor ilusorio puede ayudar a tener soporte de alguien, aunque con el peso de no tener intimidad emocional.
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Gracias por leer hasta aquí, espero que la información aquí compartida colabore a una mejora en tu relación de pareja.
Referencias:
- Carlen, A; Kasanzew, A; López, A. (2009) Tratamiento cognitivo conductual de los celos en la pareja. Revista Electrónica de Psicología Ixtacala. Vol. 12 (3), UNAM. pp. 173-186.
- Villegas, M; Mallor, P. (2012). La dimensión estructural y evolutiva en las relaciones de pareja. Acción psicológica. Vol 9 (2). pp. 91-109.