¿Cómo ayuda la terapia al manejo de emociones?

Una de las habilidades más útiles que podemos aprender en la vida, es a controlar adecuadamente las emociones, esto no se trata de no sentirlas (que por cierto es imposible), sino que aprendamos a expresarlas en las situaciones que es conveniente, y explotarlas para utilizarlas lo mejor posible.

Hay distintas formas de entender las emociones, en este artículo, se explica la perspectiva cognitivo-conductual, y cómo desde ella, se pueden controlar las emociones.

¿De dónde provienen las emociones?

Las emociones son respuestas de nuestro organismo al entorno, todas tienen una función, es por eso que las tenemos, porque al paso de la evolución, hemos ido manteniendo aquellas que sirven mejor para sobrevivir.

Como ejemplo (Se especifica el uso positivo de las emociones mencionadas):

Felicidad –> Refleja satisfacción y bienestar, sirve para motivación, y para fortalecer vínculos sociales.
Ira –> Surge al sentirnos agredidos, y sirve para generar energía para defendernos.
Tristeza –> Surge al sentir que perdimos algo, o al fracasar, sirve para pedir ayuda y apoyo social.
Culpa –> Surge como medida de reflexión cuando herimos a alguien más, sirven para motivarnos a rectificar y reparar daños. (Para información más detallada sobre la parte negativa de la culpa, te invito a leer este artículo).

Las emociones se detonan naturalmente cuando nos pasa algo, el problema a veces, es que, siendo adultos, nuestros aprendizajes pueden causar que se detonen aún cuando no pasa nada.

Por ejemplo, es normal sentir celos de nuestra pareja si vemos alguien cerca de ella coqueteándole, pero cuando tenemos celos la mayoría del tiempo, aunque la pareja nos dé razones para no tenerlos, nuestros pensamientos (no la situación) están causando la emoción.

Esto pasa por ideas llamadas pensamientos automáticos.

¿ Qué es un pensamiento automático?

Un pensamiento automático es una idea que pasa por nuestra mente tras cualquier situación, son automáticos porque muchas veces no nos damos cuenta de ellos, y los creemos por default, ejemplos de estas ideas son: “Siempre sale mal todo”, “todos los hombres son iguales”, “es mi culpa”, “soy feo”, etc.

El cerebro automatiza todo para que usemos menos esfuerzo para hacer las cosas, en cierto momento de nuestra vida, pudimos aprender por ejemplo, que somos feos, el cerebro hace ese pensamiento automático, entonces, cada vez que algo malo nos pase, vamos a pensar que es porque somos feos.

De esa forma, si alguien siente que es feo(a), y su pareja no le contesta el celular, la persona piensa “ya encontró a alguien más guapo(a) que yo”, esa idea, provoca los celos, el ambiente no tuvo nada que ver, sino los pensamientos.

Hay 6 formas principales de pensamiento automático:

Pensamiento polarizado o dicotómico: Se perciben las situaciones de forma extrema, sin usar el término medio, todo es bueno o malo. ‘’Hice algo mal, por tanto soy inútil’’.
Sobregeneralización: Se espera la misma conclusión para una situación, basándose en una experiencia anterior. ‘’Si me pasó algo antes, siempre pasará igual’’.
Filtraje: Es cuando el individuo solo ve una parte de un acontecimiento, ignorando todas las demás, normalmente se toma sólo lo negativo, y se ignoran los elementos positivos de la situación. ‘’Siempre que conozco a alguien me pongo nervioso’’.
Personalización: Se toma todo lo que dicen los demás y se interpreta como si fuera a su persona. ‘’De seguro dio vuelta porque me vio’’.
Adivinación: Se supone lo que va a suceder antes de que pase, o se “lee la mente” de otros, suponiendo que pensaron algo que nos afecta. “Hoy no me saludó porque me veo mal”
Maximización y minimización: Se exagera lo malo en las cosas que nos pasan, y a la vez, ignoramos las cosas buenas de nosotros o de las situaciones, o las hacemos menos. “Todos se van a molestar por ese chiste”-“Me gradué con buen promedio, pero cualquiera puede”.
¿Cómo se eliminan los pensamientos automáticos?

Los pensamientos automáticos son ideas que tendremos presentes siempre, hasta que los conocemos y los llevamos a un punto en el que no nos molesten más; al ir a terapia, se entrena al cliente para detectarlos, cuestionarlos, y reducirlos hasta que los puede cambiar por pensamientos más útiles.

Los pensamientos automáticos son conocidos también como distorsiones cognitivas, esto debido a que no son coherentes con la realidad, sino que la distorsionan, de forma que nos sentimos mal por cosas que no son ciertas.

Tratamiento

El tratamiento consiste en:

Orientación: Se educa al cliente para que conozca la forma en que los pensamientos se manifiestan y pueden modificar su forma de reaccionar.
Detección: Conocer las distorsiones que tenemos y en qué situaciones surgen, en ocasiones puede ser necesario recordar cuándo las aprendimos.
Detención: Se enseñan técnicas para frenar los pensamientos para que no afecten al cliente mientras se concluye el paso 4.
Cuestionamiento: Se entrena al cliente para refutar con el uso de la lógica estas ideas, como son distorsiones de la realidad, al hacer una comparación realista, veremos que no son ciertas.
Modificación: Una vez entrenado el cliente para refutar sus creencias, se comienzan a implantar ideas positivas y realistas nuevas, que le permitan contrarrestar efectos de las negativas, además de entrenamiento para mantenerlas a un nivel bajo sin necesitar del terapeuta.

Hay mucho más que explicar sobre este tipo de pensamientos, en posteriores publicaciones habrá más información.

¿Te interesa una intervención para el control de emociones con esta forma de trabajar? Te invito a la sección de contacto, donde puedes pedir información sobre citas y/o agendar una consulta.